Los pisotones son moneda corriente sobre todo en los medios de transporte masivo, donde la aglomeración es pan de todos los días.
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*Dar un pisotón,
obliga a una disculpa.
o a un sonoro ¡Perdón! ó
tal vez un Perdone Usted
con todas las reverencias del caso,
antes que nos caiga un manotazo.
Muy educada debe ser la persona
que recibiendo un pisotón,
no le dirija siquiera una mirada fuerte,
y por supuesto una secreta maldición,
a quien le ha ocasionado un dolor,
y sobre todo una mancha en su zapato,
que quizás sea un zapatón.
Y en lo que de pisadas se trata,
una sonrisa aflora a cualquier bienandante,
recordando una hermosa pisada al pie
de una hermosa dama.
Se agranda la sonrisa haciendo memoria
que la misma persona le devolvió
un suave pero tremendo pisotón,
al dueño de la sonrisa primera ,y,
también de la segunda mayor.
Hoy que recordamos esos pisotones,
con disculpas o sin ellas,
con devolución o sin ella,
anotamos que esas experiencias ya lejanas
han servido de inspiración
a estas líneas que termino con fruición.
Dochanlu .
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