En una nueva tarde otoñal, mientras pica y pica el albañil el duro cemento, se oye el cantar de una paloma, mientras en el ambiente predomina el silencio y un cielo gris.
Rompe el silencio el ulular de una sirena un tanto lejana.
Tose y tose una persona que libra pelea con un virus otoñal.
Al estar cercana las seis , las sombras están al acecho, mientras se enseñorea la penumbra y las
artificiales alumbran piezas y piezas lentamente.
Se escuchan voces un poco confusas.
No se sabe a ciencia cierta, mejor dicho a oído cierto, que se dijo.
O Encuentra rápido al loro.
O Eres mi tesoro.
O Avisa rápido a Teodoro.
O Cuida bien el oro.
O Limpia bien el inodoro.
O No te preocupes no hay ningún moro.
O Compra una botella de cloro.
O Tu sabes bien que te adoro.
Aunque hay paredes que tienen hueco,
queda siempre la duda
para alguien que escucha.
Dochanlu.
No hay comentarios:
Publicar un comentario