Tantas figuras hay por apreciar
que decidir por dedicarles o no atención,
es cuestión de decisión.
La miel tiene su aroma, su sabor,
puede ser auténtica o
tener alguna alteración,
que puede o no provocarnos
alguna consecuencia,
con mayor o menor frecuencia.
Coleccionar podemos figuras
de distinto tamaño y formas,
si la colección es vital
felicidades para los coleccionistas,
animarlos debemos seamos o no economistas.
Habilidades mil de aquellos coleccionistas,
verdaderos malabaristas en esta vida,
dichas mil deben tener, y
mucho empeño y coraje para soportar arremetidas
que de todas maneras por ellos han de ser vividas.
Ante la vista de una linda figura,
lo menos que podemos hacer
es observar y ensayar una o varias sonrisas.
Con una o pocas repisas.
de que lotería podemos participar,
a estas alturas del partido,
en que felizmente en ningún lío de figuras
estamos metidos.
Y si la vida nos sonriera, y
en algún momento no pone en un lío
como bien dijo un Tío:
Ahora sí que río.
Dochanlu.
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