En el transcurrir de nuestras vidas, las aspiraciones, los deseos, surgen y surgen sin cesar en un vaivén de nunca acabar.
Mostrando de alguna manera un ejemplo de ellas, no parece que a nadie vaya a molestar.
Quizás sea convierta en un espejo en que muchos se han de mirar
.
Y quizás leyendo las ocurrencias, varios, con muchas ganas,van a carcajear.
Tropezó un ser viviente,
con siete plantas bien paradas,
y quiso, cual jardinero afanoso,
plantarlas en buena tierra.
Cumplió sus deseos el jardinero,
y estando crecidas las plantas,
resolvió nuevamente actuar,
y dos vástagos de cada una, plantar.
Y así sucedió, que partiendo de su existencia
y la de siete existencias más,
de ser ocho seres vivientes,
pronto alcanzó a un número de veintidós.
Aumentando las existencias,
somos dueños de felicidades,
aumentan las complejidades,
pero igualmente las saciedades.
Dochanlu.
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