Frente a un monumento ,
nos sentimos empequeñecidos.
Si lo tenemos al costado,
cambia la situación,
que si es foto o en chica maqueta,
no produce, con suerte, ninguna cantaleta,
empero si para nuestra felicidad,
aunque efímera pero tangible,
sucede que se coloca a nuestro lado,
un monumento de esos que quedan para el recuerdo,
que felizmente nos deja en estado cuerdo.
Difícil que no torzamos el cuello más de lo normal,
para que las imágenes se queden en memoria,
y podamos con un poco de inspiración,
dedicar unas líneas al ser afortunado
que despierta más de una encendida emoción,
puede ser fuente de perdición, y de tantas cosas más,
no solamente para uno sino para todo un batallón,
con ansias de conquistar tamaño corazón.
No es lo mismo monumento de diferentes materiales,
que los de carne y hueso,
quienes hacen voltear el "pescuezo" hasta el menos travieso.
Dochanlu.
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