A dos meses de un paro no voluntario, se intenta un reingreso al tecleo cotidiano en este rincón del planeta.
Superada la tormenta,
hay que atender las consecuencias,
con variadas acciones y secuencias.
No cabe elocuencias.
sino diarios esfuerzos,
para continuar en la brega,
no parece existir algún ser
que sufriendo la tormenta,
n uno o varios momentos,
reniega, reniega y reniega.
Los dedos están entumecidos, y
la inspiración hay que recargarla,
para iniciar una nueva etapa de tecleo,
ojalá que para algunos llame a reflexión
lo que más adelante se mostrará
con la mayor dedicación.
Dochanlu.
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