miércoles, 2 de abril de 2014

SEMÁFOROS Y PARADEROS.

El tránsito es tan lento, contaminante, angustiante, etc  que bien merece unas líneas.

Sea de día o de noche el panorama es el mismo.

Y, aunque luces de distinto color rompen la palidez del paisaje limeño, basta escuchar las bocinas de los numerosos excesivos conductores, para darse cuenta del impacto de este caos vehicular, agravado aún por la parte humana de los miles de pasajeros.

Pasajeros que dormidos o no, intranquilos o no, soportan día a día esta especie de tortura habitual, legalizada que soportan desde hace muchos años.

Tomando un ejemplo, la Famosa Avenida Abancay, los pasajeros sufren una odisea adicional, al intentar tomar un colectivo, sea ómnibus o microbús.

Los novísimos paraderos con letreros no iluminados y poco visibles  son parte de la  "fiesta tortura".

Cabe preguntarse donde se detienen los omnibuses y micro buses?

La respuesta es:" Con la luz roja".

Lo anterior quiere  significar que  luces rojas y paraderos  se identifican, son lo mismo.

Y, por tanto, los letreros de los paraderos , los paraderos en sí son inconvenientes, estériles, salvo para malograrle la existencia a los peatones candidatos a pasajeros.

Una correcta semaforización en cantidad suficiente y necesaria es la clave de un tránsito  fluido.

Prácticamente los paraderos están demás.

Dochanlu.

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