Once de febrero del 2019, segundo mes del año, caliente como todos los meses similares de este verano especial.
Avanza el mes, y debemos avanzar en nuestro diario batallar.
Un vistazo al entorno nos muestra la casi desaparición de los gatos, presencia de aves incluyendo los bulliciosos loros que suceden los trinos despertadores de pequeñas avecillas.
Ruidos al por mayor ocurren como todos los días, con excepción del domingo y tardes sabatinas para consuelo de la vecindad. Algo es algo, qué más da.
Las noticias no son nada alentadoras tanto las nacionales como las internacionales.
.El agua tormentosa barre por aquí, por allá y por acullá,
y en las lejanas tierras de líos mayores
como nadie da su brazo a torcer,
las incógnitas son numerosas y ninguna huele a color de rosas.
En qué iremos a parar, o, mejor dicho,
de qué manera la novela va a continuar.
Si las cosas siguen empeorando,
más de un país terminará por tener a su gente gimoteando.
Si después de este tormentoso verano,
continuamos en un invierno con frío y en paz,
diremos que hubo gente que afrontó el problema
y merece el calificativo de muy capaz.
César Antonio La Rosa Bardales "Dochanlu"
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