Una sugerencia motivada por experiencias cercanas y variadas en una ciudad que como todas las ubicadas en Perú, están sujetas a los riesgos de sismos de variada intensidad ,con posibilidades que un buen remezón traiga más de una complicación, daños no solamente personales sino también materiales.
En la Ciudad de Huacho , como en muchas ciudades , de repente en todas, hay construcciones que constituyen riesgos para peatones y propietarios, así como visitas de amistades y no conocidos.
Basta con apreciar las edificaciones a medio terminar, en algunos caso, puras columnas o con travesaños a manera de dinteles que lucen muy serenos con anuencia de propios y extraños, en alturas que superan el tercer piso inclusive..
Ni que decir de construcciones hechas al interior de las casas, que son a manera de sombreros de ladrillo, arena y cemento, verdaderos presagios de derrumbes nada gratos.
Así como todo puede permanecer en pie, todo puede derrumbarse, hasta lo más seguro, con mayor razón lo que tiene claras muestras de inseguridad y son de riesgo indeterminado, por la incógnita que lleva el futuro sismo que nadie desea pero no es imposible que lo suframos en cualquier momento.
Los aprovechamientos de aires encima de las aceras, de tránsito peatonal son otra clara muestra de riesgos evidentes.
Y qué otras linduras habrá en materia de construcción.
Despejar todo riesgo es imposible, sin embargo una campaña de concientización sobre riesgos de esta naturaleza, parece necesaria a todas luces.
Y por supuesto no basta concientizar, hay que proceder a eliminar riesgos por más dolor que sufran los constructores de riesgos para ellos y amistades, ni que decir de extraños citadinos y no citadinos
Un peatón muy alegre
caminando por la Ciudad,
fue despertado en demasía
por una columna que por poco
lo aplasta en la vereda, y deja en ella
lo rojo de su existencia,
El susto que experimentó,
una buena sesión de curación, necesitó.
Dochanlu.
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