Notas observadas en la juventud citadina por estos tiempos invernales.
Que apenas apunta algo el sol, o por lo menos sur redonda presencia y la juventud intenta cmbaiar de tenida y de presencia.
Por su parte los jóvenes dejan abrigo,incluyendo chompas y casacas volviendo al polo.Claro está que la buena contextura ayuda a tal postura.
Tanto los jóvenes como las jóvenes, tienen el infaltable celular en la mano y los dedos prestos a marcar algún teléfono, tipear un mensaje de texto o contestar una llamada.En algunos casos se observa hasta dos móviles, a los que chequean de tanto en tanto por si hubiera alguna novedad.
Ni que decir del radio conectado a sus oídos, que los aisla de la música oficial de la radio que le conductor del vehículo pone a disposición de toda la audiencia.
Botas cortas se aprecian en las jóvenes como moda de la estación y del año,aparte de su figura, sus dichos a veces nada convencionales casi grotescos y hasta demasiado picarescos.
Y así día a día
avanza la juventud,
disfrutando muy bien
la calma de hoy,
en espera más o menos larga
de la tempestad que nadie presagia.
La alegría nata,la soltura,
que interesa el pasado,
mucho menos la vida futura.
Así es la juventud de hoy,
la de ayer que nos tocó en suerte,
y la de mañana que a otros seres
no les resultará asfixiante.
Cada tiempo tiene lo suyo,
es verdad de Perogrullo,
para admirar la juventud
no hace falta un murmullo.
Dochanlu
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