La rutina es una forma de tranquilidad, quizás una manera de ser feliz.
Si por alguna circunstancia cambia la rutina, pueden apreciarse escenas como las que se relatan.
Una persona acostumbrada a salir a una hora determinada de su cochera, y enrumbar a sus tareas diarias, de pronto se tropieza con una dificultad.
Se produce un embotellamiento del tránsito vehicular, que le impide salir de la cochera e iniciar su rutina diaria.
Dura tanto el embotellamiento, solamente unos minutos, y la citada persona sale de sus cabales, e
inicia una conjunto de palabras, frases, diálogos, etc que rompen la tranquilidad del inicio mañanero veraniego.
El calor domina el ambiente, en un día como los pocos que se han iniciado con alta temperatura.
La bendita rutina rota por el "largo embotellamiento" juega su papel y la persona apurada y tranquila de siempre cambia.
Observando la rota rutina,
podemos decir que nadie
se libra de tal rompimiento,
que a muchos puede dejar sin aliento.
Desnuda el rompimiento,
el carácter de la persona,
pone sobre aviso a vecinos y peatones,
que estamos ante un ser de muchos blasones,
que pueden ocasionar variados moretones,
y líos a montones.
Dochanlu.
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