* Las molestias son inevitables en la vida diaria.
Molestan los ruidos.
Molestan las acciones continuadas de cercanos que con mano real pero incógnita arrojan desperdicios , basuras o algo más, sobre nuestras casas. .
Molestan los ardores en las orejas, Hay quienes afirman que provienen de "rajes" hacia uno, de parte de voces desconocidas.
Molestan las conversaciones a quienes trabajan en silencio, y no avanzan por esas voces indiscretas.
Molestan los olores nada perfumados, y más o menos nauseabundos, que afectan la respiración, y por supuesto los pulmones.
Molestan las canciones tristes esparcidas en el éter por estaciones de radio.
Molestan los ladridos provocados o no de perros que en muy buen número existen en el barrio.
Molestan los automotores estacionados que no dejan el libre tránsito de otros vehículos y de personas, incluyendo a quienes regresan a su propia casa, con carro o sin él.
Molesta el cambio de clima. Luego de un atardecer dominical luminoso y tibio, siguieron dos días de sol más que primaveral y en seguida, un miércoles nublado no tan friolento pero deprimente muy distinto a los dos días anteriores. ¿Qué seguirá? No hay pronóstico certero en este otoño medio trunco.
Molestia propia, la de no encontrar una ruta que conduzca a mejorar nuestra situación.
Estas son molestias en base a experiencias propias y recientes.
Felizmente hay muchas situaciones
que permanecen, que son estables,
pequeñas alegrías,
grandes esperanzas despiertan
en nuestro existir,
las que alientan un mejor porvenir.
Dochanlu.
No hay comentarios:
Publicar un comentario