martes, 10 de marzo de 2015

MIRADAS FELICES.

La página permanece en blanco, al igual que la inspiración necesaria para desarrollar un nuevo artículo.

Es una tarde calurosa, calor aumentado por una humedad pegajosa ante la ausencia de viento.
Luce perfumada por pinturas y lacas de un taller cercano, que muda de dirección dejando en cada lugar su dosis de contaminación.

Se escucha el sonar de los motores de un avión  próximo a aterrizar.Felizmente el sonar muy pronto suele acabar.Por lo pronto no hay seguidilla de aviones que aterrizan o despegan al mismo tiempo.

Prima el silencio ante el ruido en esta tarde calurosa.

Lo que no es privilegio, es que la contaminación predomina sin ninguna discusión.

Ante la certidumbre, muchas son las interrogantes. Ganan estas , en la comparación.

Vamos avanzando en la escritura, lo de la página en blanco va dejando su lugar a una sumatoria de letras que la van llenando. Por supuesto que no podemos decir que estamos acabando.

Una experiencia sirve para completar el contenido.


Los ojos no pueden atravesar los de otro ser,
lo que si es de seguro, que las miradas van a chocar,
y luego del choque, se abre una interrogante,
que tiempo, paciencia y acciones pueden dilucidar

Hay que considerar que hay miradas iniciales, y,
otras que son definitivamente  las finales,
y, si una canción de despedida se escucha,
queda el recuerdo del choque de miradas,
y no hay interrogante,
la canción de despedida es más que deliberante.

Hay miradas cuya repetición son exigidas,
tienen algo en particular,
sobre todo al momento de amar.y gozar.

Hay las miradas que por casualidad
son de mucha felicidad,
más las que son de este tipo y en cantidad,
son de mucha notoriedad..

Dochanlu.




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