Encontrar un bebé en la ruta de la vida , tiene entre otras virtudes rememorar muchos acontecimientos.
Que el encuentro se produzca entre un bebé y un anciano, que viajan juntos, es la segunda experiencia que mueve a escribir estas líneas.
Mientras el bebé ríe y mira
y siente mucha protección de sus padres,
observa al anciano,
y no piensa nada de él.
Por su parte el veterano,
que para felicidad
aún se mueve,
hace muecas, conversa,
se siente feliz de la tierna compañía.
Mientras la criatura sigue en ruta,
el anciano ocasional viajero,
desembarca rápido.
Es un retrato que sucede muchas veces,
unos finalizan el camino,
otros continuarán por un tiempo mayor.
Dochanlu.
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