Una mañana más fría que el interior de una refrigeradora doméstica, es el motivo de un nuevo artículo.
Parejo se ha sentido el frío en toda la madrugada, y cuando la mañana ha empezado lo ha hecho de igual manera, en una línea recta que el termógrafo marcará de forma nítida.
Quince grados redondos y algo menos al aire libre, según señalan los datos oficiales.
Observando el paisaje cotidiano, se apura el desayuno y sigue el frío.
Ya el menú está fijado con una caliente sopa alrededor del mediodía.
En el avance de la mañana, ni aún el barrendero de la cuadra parece calentarse. Sigue su labor a lo largo de toda la cuadra.
Los que sentados estamos aún estando abrigados, sentimos la baja de temperatura
Los golpeteos y gases tirados al viento, matizan de manera nada sana la friolenta mañana.
Pájaros no trinan, han volado a mejor ambiente, algo caliente.
El cerebro parece entumecerse, la inspiración no aparece ni para remedio.
Inspiración que estás por todas partes, esparce por estos lugares, algunas muestras poco o mucho ejemplares.
Una persona camina raudamente, otra se divisa en lugar cercano, pronto habrá que colocar en la mano, algo que nos caliente de manera eficiente.
Grande inspiración,
deja por este lugar,
alguna parte chiquita de ti.
No sé si será picante como el ají,
o dulce como mermelada,
que a muchos encanta, y
a otros tantos, los coloca
muy lejos de la libertad,
abandonan la felicidad
la tranquilidad,
de los pasos la agilidad,
la dura prueba de la hostilidad,
que aunque genera pequeña o gran calamidad,
es mucho mejor que estar sin libertad.
Docahnlu
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