miércoles, 12 de noviembre de 2014

ESCUCHAR, SUFRIR, DISFRUTAR.

En pocos instantes forman parte de la audiencia:

-  El silbato del afilador,
-  El tronar de una máquina,
   Voces humanas ,
-  El paso de un avión,
-  La alarma de un auto,

Lo que más se escuchó
fue el silbato del afilador,
que siguió y siguió su camino
en pos de un nuevo y mejor destino.

Entra en competencia un traquetear
golpes a una pared quizás,
como llega la hora del descanso
pronto los golpes van a terminar.

Las voces se apagaron igualmente,
van en busca del alimento,
que les matice la existencia, y
les devuelva el aliento.

El paso de un avión  muy pronto se termina,
no queda ni el rastro ,
en más o menos tiempo un nuevo paso
el ambiente  anima.

La  alarma el auto fue más instantánea todavía.
No hay ni un día en que una de ellas
se escuche con mayor nitidez,
cambiándole a más de uno su placidez.


En el silencio del mediodía,
hay mucho por hacer , todavía.
Pronto volverán los ruidos
y felizmente los sonidos bien queridos.


Dochanlu.

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