En días otoñales soleados y más que tibios, las aves lucen y se les escucha felices.
Los vuelos y trinos,
que semejan piezas de sinfonía,
atraen la atención, y
llaman a meditación.
¿ No es acaso, esa pieza musical
una muestra clara de felicidad ?
Y, mientras tanto, los seres humanos
respiramos contaminación,
pensamos y actuamos en pos de una solución
a cada uno de nuestros problemas,
que enicierran cantidad de dilemas.
Volar y cantar y musicalizar,
no es nada a lado de esa avícola felicidad.
Convertirnos en aves,
puede ser una solución
ante tanto entrevero, discusiones,
incógnitas y la búsqueda de soluciones.
Y, como hay imposibilidad manifiesta,
pensemos,actuemos,suframos, comentemos,
rebanemos más o menos los sesos,
en algún momento llegará
un punto de felicidad,
con toda seguridad.
Dochanlu.
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