miércoles, 5 de octubre de 2016

HORA DE ALEGRÍA.

Tarde primaveral nublada y triste,
eres particularmente deprimente,
hasta  el más sonriente se convierte
en un notorio durmiente.

Te acompaña como adecuado entorno,
el canto nada alegre de una paloma,
ni por casualidad se asoma
el trino a quienes todos entona.

Avanzas lentamente,
anhelamos que alguna inspiración,
nos llegue pronto, y quiebre en cierta forma,
tristeza, depresión, ausencia de serena ambición.

Tarde triste y deprimente,
compites con el silencio de la madrugada,
en la que nada se mueve felizmente,
no hay festejo y ninguna algarada.

Tristezas, depresiones e inacciones
lleguen pronto a su fin,
es propio de la humanidad,
que ingrese a la hora de la alegría,
que aunque no sea de todo el día,
levante  el espíritu y con su accionar,
alcance sus problemas, solucionar.


Dochanlu.

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