Un cazador inicia su diario intento de alguna presa coronar y su vida engalanar y de alguna manera gozar.
Descubre una, y resulta que ya está cazada y con su cazador muy bien acompañada. y custodiada.
Continúa su tarea, y tropieza con otra, fresca y larguita, aunque por pocos vista, por sus características parece que para una buena faena no se encuentra lista. El cazador decide borrarla de su vista y de su intento, alejarla.
El cazador cambia de ambiente y en pleno primaveral estado, se encuentra con una buena cantidad de presas, que rápidamente desaparecen de su vista.
El cazador ha perdido movilidad, vista y también habilidad. Todas las presas raudamente se alejan y no le dan ocasión para siquiera afinar puntería previa nueva revista.
La experiencia fracasada le llama a una serena pero certera meditación,
no habiendo presa alguna alcanzada, lo que queda es volver a lo ya conocido,
Y, por esos avatares de la vida, exclama, : ! Por algo ha sucedido!
Por supuesto que deseo verlo felizmente repetido.
En esta vida de intentos vanos,
queda optimistamente darle duro a la repetición.
El pasado otorga seguridad,
lo bien vivido debe ser exitosamente repetido.
César Antonio La Rosa Bardales "Dochanlu".
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