Una expresión muy repetida por estos tiempos es:
"Esto es un caos".
Considerando que lo catastrófico no ha venido , no deseando tampoco su ocurrencia, algunos seguidores del Catastrofismo pintan la secuela de ella y sugieren medidas mil para atenuarla, soportarla , incluso superarla.
En el fondo son optimistas, se imaginan sobrevivientes a una y otra catástrofe.
Entre el Caos de hoy y la Catástrofe de mañana (que ojalá equivalga a nunca), hay una diferencia , mejor dicho ,una gran diferencia. A pesar de todos los problemas que soportamos día a día, el caos tiene un nivel que está lejos de la Catástrofe.
Para prepararnos mejor a la época negra que anunciadores de catástrofes y amantes de la Miedología,
habría que acentuar el nivel del caos. de esa forma poco a poco nos estamos preparando para dicha época nefasta.
Queda claro por lo dicho,
sin entrar a ningún entredicho,
que el caos que vivimos
es una forma de paraíso.
Estando lejos de una catástrofe,
sonreír todavía podemos
a pesar de todo lo que lamentemos,
que muchos se hayan convertido
en simplemente internacionalistas.
Somos de adentro y de afuera,
pensamos y actuamos,
si pensamos estamos con lo de adentro,
si actuamos somos parte
de todo lo que frecuentamos.
Parece que la combinación
es todo lo que se observa.
No cabe animadversión
sino una clara y muy nuestra superación.
Dochanlu.
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