El qué hacer, va siempre acompañado del cuándo hacer, ni qué decir del cómo hacer.
Determinada una tarea, el cuándo ocupa un lugar importante más aún si hay circunstancias probables que pueden traerse abajo o estropear lo hecho.
Una alternativa puede ser avanzar en algo mínimo,suficiente que cambie la situación pero que no arriesgue recursos y trabajos en una proporción que implique una pérdida importante. Una especie de tantear para ver qué pasa.
Frente a una Campaña ya iniciada y encaminada destinada a contrarrestar los efectos del Fenómeno del Niño, el qué, el cuándo y el cómo resultan más que oportunas.
Este Niño parece que viene acompañado,
lo mejor es que venga embalado,
y pase de largo bien rápido
y por tanto no sea para nada recordado.
Hasta ahora más es lo frío que lo caliente,
a menos que datos se invente
para poner al ambiente
muy pero muy caliente.
Si este viejo puentecito
el Niño se lo va a llevar,
porqué colocar uno nuevecito,
mejor esperamos que el Niño,
lo arrastre bien lejito.
Frente al agua en arremetida,
lo único que cabe es la defensiva,
no es una actitud festiva,
pero tampoco nada fugitiva.
Y aquí me acuerdo
que quien anda huyendo y huyendo,
no se da cuenta que la vida
poco a poco la va perdiendo.
Dochanlu.
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