Justo en momentos que se realiza La Marcha por el Agua, en diversas zonas del Perú, con ella llega agua en buenas cantidades, producto de una lluvia en plena Capital, acostumbrada en verano a sol radiante, cielo despejado y muy pocos nublados y menos todavía agua que "empape" a medio mundo, incluyendo a los "aguados".
Eso de empape suena a contradicción tal como lo de aguado incluso a lo de aguacero.
Podemos decir mejor, a quien está "empapado", que está enjuagado.Por su parte lo de aguado, por citar a gente sin carisma,triste, apagada, ese término de repente juega mejor con lo de "seco".
Por su parte lo de agua-cero, de repente recuerda las últimas gotas de la lluvia ,algo así como la gota cero.Todo lo anterior porque el aguacero tiene en su desarrollo cualquier cantidad de gotas de agua.
Lluvia no prevista, no pronosticada, porque incluso no se percibió ni nublado permanente, algo así como cielo caótico o semi caótico, ni siquiera un bochorno prolongado.
Cayó y cayó bien el agua.
El baile en este mes de Febrero puede continuar, no solamente en dos o tres días más, sino en lo que toca a las famosas avenidas que de todas maneras se aprecian en los ríos costeños, muy a lo simultáneo con los Huaycos, muy propios de tierras serranas o de cabecera de sierra.
O sea que no se trata de lodazales
solamente,
ni de mojaditas de calles,
sino también de huaycos y avenidas,
que a todos puede molestar,
ya que el agua impetuosa,
nada ni nadie la detiene,
muchos menos las empresas del agua,
que tanto barro pueden almacenar
que nada más que líquido chocolatado
pueden proporcionar.
Ahí está el agua bendita
para todos, a montones,
un aviso para tomar precauciones.
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