Al inicio de la última semana del caliente mes de Febrero, en una tarde calentita y tranquila intentamos este nuevo artículo.
Decisiones son las que cuentan, por lo en esta ocasión un cuento chico con las mejores intenciones,y deseos que algún día se haga realidad, si es que ya no la ha sido ya.
Es la historia de Cristobalito, soñador como ninguno.
Y en verdad tuvo un sueño en la que lo invitaban al Lugar espacial Colón 300, situado a trescientos años luz, como quien dice, aquicito nomás.
La oportunidad tantas veces soñada con cielo estrellado o nublados.
Invitación aceptada.
Cristobalito solitario amigo de la virtud, bondad, colaborador de todos, no necesitaba despedirse ni despedidas.
En el día convenido "un rayo" cruzó el espacio se conectó con Cristobalito, quien ingresó al Tubo Espacial, el que rápidamente inició el viaje de retorno a Colón 300.
Al salir de la Tierra, un astronauta vio "un fugaz rayo", y creyendo un chispazo de su nave, siguió pestañeando.
El Tubo espacial hizo realidad el viaje de Cristobalito, en un santiamén, en menos de lo que canta el gallo, fue como por un tubo, en este caso un Tubo espacial muy pero muy espacial y especial.
Naves espaciales pasarán al olvido?
Serán los Tubos espaciales los nuevos medios de transporte y comunicación ultrarápida?.
Interrogantes que algún día se resolverán.
No digamos nunca
no se puede,
menos en estos tiempos
de dificultad en los que
bien nos caería un viajecito
aunque sea de casualidad.
Dochanlu &
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