El cambio climático es la noticia predominante, o mejor dicho,una de las noticias en la mesa del comedor,las salas de tertulia, el chismoseo del día, la amenidad de oficinas y demás centros de trabajo.
Hastiados como estamos de tantas noticias de similar corte, lo del Cambio Climático, la COP 20 y encuentros similares, dan tela para cortar, o mejor dicho, inspiración que derramar en el teclado.
Mientras trine el pajarillo muy de madrugada
intentando despertar a los durmientes,
no parece haber novedades en el clima terrenal.
Mientras se sucedan las estaciones,
y por un lado empezamos a calentarnos,
y en otros lados, empiezan a enfriarse,
no parece que hay novedades climáticas.
Mientras no entendamos que hay por delante
en cuanto al tiempo que nos aguarda,
no parece que la visión futurista
sea la de achicharrarnos y ahogarnos,
con tanto anunciado deshielo,y
tanta y tan inmensa sequedad.
Mientras no desaparezca la necesidad
de ubicarnos en posición de salida,
rumbo a lo desconocido,
que quizás nos espere más de lo debido,
no parece que lo del cambio climático
sea la única posibilidad.
El optimismo parece palabra borrada
por quienes anuncian deshielos, y tanta calamidad,
perderlo todo lo que tan bien poseen
parece ser que pan comido y
no les vacila en verdad,
sinó que deleitarse con la novedad
llamada por uno de ellos la gran calamidad.
Dochanlu.
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