lunes, 16 de febrero de 2015

BALAZOS Y " CABEZAZOS".

Los cohetecillos de la señora Matré sonaron para los invitados a la fiesta y a unos cuantos peatones cercanos a su casa.

Instantes después mientras los vecinos se entretenían de una u otra manera, o conversaban de  variedad de asuntos, lo que parecían cohetones ya no cohetecillos se escucharon en la cuadra.
Uno de los ocasionales peatones cercanos de la casa de la señora Matré comento rápidamente:
"Son los cohetecillos que revientan en la fiesta del a señora Matré".

Con el correr de los minutos y de las horas , los sucesos se aclararían y no se comentó ni de cohetecillos ni de cohetones ni de fiestas .

Era una de las tantas balaceras de los días que se viven en la ciudad.

En su cuarto el abuelo con medio ojo, y medio oído así como medio pulmón, se enteraba de las noticias en la búsqueda de los famosos cohetones escuchados.

No pudo enterarse de nada.

Lo que se conoció con el tiempo fue de la balacera ocurrida.

No confundamos cohetecillos,cohetones con balaceras.

Ni los ruidos de motores de camiones con ruidos de mayores o menores temblores.

Una fiesta iniciada  por el barrio, luego de la calma que sobrevino a la balacera, se animó pasada la medianoche, hasta que un asalto a mano armada la interrumpió con los resultados que todos se imaginan.

Como los balazos están de moda,
y no son juegos de navidad,
mejor es que afinemos la habilidad
para soportar los balazos,
con alguna felicidad.

Monedas puestas por doquier,
en el pecho, corazón y pulmones,
pueden ayudar a seguir con bien,
un sombrero con algún metal
puede contribuir a vivir.

Es la era de los balazos,
y también de los "cabezazos",
de ambos hay que cuidarnos,
si no queremos lamentarnos.


Dochanlu.

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