viernes, 20 de febrero de 2015

INVASIONES.

Suenan las campanadas indicando el mediodía, y pulsando las teclas, se intenta un nuevo artículo en este febril final del mes más caluroso del año, aunque por allí hay quien afirma que el calor está embalado y no para hasta convertirse en un fenómeno del Niño moderado.

Por lo que se conoce, el verano tienen un curso normal, y de allí que la sensación de calor  se mantenga no es cosa que entretenga pero tampoco que el Niño se nos venga.

* Que la formalidad e informalidad formen parte de nuestras vidas, no es novedad.
   Son  aderezos complementarios, hay para todos los gustos.

* De las invasiones hay todo un tema, todas dejan huella.

   El pasado no hay que olvidarlo. La amnesia ,la indiferencia, el olvido es un cóctel lapidario.

   La generación viviente debe ser estar alerta  prevenida. Las futuras no pueden quedar desguarnecidas.

   La retaguardia es clave, el pasado es un ejemplo de ella .Hay que evitar el "pan con pescado".

   Si el futuro es nuestro, no debemos olvidar el pasado, ser constantes  y fructificar el presente.

   El "pequeño problema" es que el invasor como el ave que pica huevo, tiene siempre en mente seguir poniendo pico en movimiento, sin perder aliento y siempre con la misma intención.

  Quien goza es el invasor, nunca el dueño invadido.

  Recuperar lo nuestro en poder ajeno,no es novedad, mucho menos necedad, debe ser meta y tarea permanente. No hay ningún dueño invadido insolente.


Dochanlu.




 

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