martes, 20 de mayo de 2014

TIERRA Y AGUA FÉRTILES.

Una parte de tierra
parecía estéril.
A pesar de ser remojada
nada crecía en ella.

Y, por otro lado,
el agua que le caía
parecía no fertilizar.

Cuando a esa tierra
otra agua cayó,
todo cambió,
y en ella buen fruto dio.

El agua enrumbó
a otra tierra,
y fruto también apareció.

No existen tierra y agua
sin frutos que dar,
todo es cuestión de un toque.

Para la tierra
agua adecuada tiene que darse,
y toda agua a la precisa tierra
tiene que  deslizarse.



Dochanlu.


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